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ARTE ROCOCO

PINTORES

Jean Honoré Fragonard

 Pintor italiano. No se le atribuye ninguna obra hasta 1420 (relicarios para Santa Maria Novella). Se orientó hacia un arte expresivo, instalado en el espacio y bañado por la dulce luz florentina, que no atenúa en absoluto la solidez de la composición y la firmeza de los volúmenes. Todas estas cualidades aparecen con gran evidencia en sus obras fundamentales: Descendimiento (c. 1440), Lamentación sobre el cuerpo de Cristo (1440-1445), La coronación de la Virgen (antes de 1445), la serie de pinturas realizadas para las celdas del convento de San Marcos de Florencia y La Anunciación del Museo del Prado. Las virtudes espirituales del pintor armonizan con la frescura y la delicadeza de sus coloridos, con la elegancia del dibujo y con esa manera tan suya de ocupar el espacio con el mínimo de medios y de efectos.

FRANCISCO DE GOYA
Las obras atribuidas a Francisco de Goya de esa época son escasas; se conservan algunas pinturas de temática religiosa, pero sobre todas destaca el lienzo "El motín de Esquilache" (ca. 1766). Una pintura coral, que refleja un momento real de gran intensidad y relevancia social y despliega algunas de las futuras constantes de su obra: uso teatral de las luces y las sombras, pincelada suelta, colores vibrantes, movimiento y un evidente interés por el equilibrio y laa composición. En 1770 el joven artista viaja a Italia, donde nace su pasión por las máscaras, las costumbres populares y el teatro callejero: una pasión que entronca con su atracción por los rostros y las figuras grotescas. Durante el viaje, Goya decide pintar un cuadro con el título "Aníbal vencedor contempla por primera vez Italia desde los Alpes" (1770), para presentarlo al concurso promovido por la Academia de Parma. Si bien la obra obtuvo buenas críticas, la potencia y el “escaso realismo” de los colores no convenció al jurado. El estilo arriesgado, personal y vibrante del arte de Francisco de Goya destaca ya por su modernidad, frente al evidente academicismo de sus colegas.

Antoine Watteau

(Jean-Antoine Watteau; Valenciennes, Francia, 1648 - Nogent-sur-Marne, id., 1721) Pintor francés. Su singularidad estilística y su condición de pintor inclasificable se deben probablemente a que su Valenciennes natal formó parte de los Países Bajos hasta seis años antes de su nacimiento; por esta razón, su lenguaje artístico combinó la vena realista del norte con su amor por lo cotidiano y los pequeños detalles, con una sofisticación de cuño indiscutiblemente francés.Hay quien relaciona su predilección por este género (cuadros en que jóvenes elegantes se entretienen en fiestas frívolas al aire libre) con su visión fugitiva de los placeres de la vida y con la enfermedad que padeció, la tuberculosis, que le amenazaba constantemente con la muerte y que lo llevaría a la tumba a la temprana edad de treinta y siete años.

François Boucher

En su libro Painting and Sculpture in France (1700-1789), Michael Levey escribió que los años centrales del siglo XVIII fueron "propiedad de Boucher", frase que plasma el enorme prestigio que alcanzó este pintor entre la aristocracia, pese a que en la última etapa de su vida los intelectuales de la Ilustración, entre ellos Diderot, desacreditaron públicamente a Boucher, al tiempo que defendían la estética neoclásica. Pintor y grabador, gozó de la amistad y protección de Madame de Pompadour y fue uno de los decoradores más famosos de la época.Tras estudiar con Lemoyne, François Boucher aprendió el oficio de grabador en el taller del maestro Cars, convirtiéndose en el grabador habitual de las obras de Antoine Watteau. En 1723 ganó el Premio de Roma de la Academia y más tarde, en 1727, se trasladó a Italia, donde contactó con Giovanni Battista Tiepolo. Tras regresar a Francia en 1731, fue nombrado miembro de la Academia en 1734. La obra presentada para su admisión llevaba por título Rinaldo y Armida, un óleo realizado en 1734 que se conserva en el Museo del Louvre. Años más tarde, en 1765, fue nombrado director de dicha institución. Boucher fue también primer pintor del rey y director de la Manufactura de los Gobelinos.

ESCULTORES

Étienne Falconet

Artista predilecto de Madame de Pompadour, Étienne-Maurice Falconet fue uno de los grandes maestros de la escultura rococó francesa. Discípulo de Lemoyne y seguidor de Puget, aprendió de este último que al arte se llegaba más mediante un proceso de interiorización que por imitar a los antiguos. Su gran personalidad se expresa contundentemente en temas dramáticos y agitados como el Milón de Crotona devorado por un león (1754, Museo del Louvre, París), donde el personaje desnudo grita de dolor cuando un león clava las fauces en su muslo derecho, y en amables temas, como la Flora del Museo del Ermitage, encantadora joven desnuda de aspecto sereno.

Jacques Saly

Él nació en Valenciennes a François Marie Saly (1684-1776) y su esposa Marie-Michelle Jardez (1690-1760). Comenzó su formación como escultor a los nueve años con el maestro local Antoine Gilles en Valenciennes desde 1726-1727. A pesar de los escasos ingresos de sus padres, fue enviado a París en 1732 para formarse en el estudio del principal escultor en París. Guillaume Coustou. Al mismo tiempo asistió a la escuela del Académie royale de pintura y escultura, ganando medallas en 1734, 1737 y 1738.

Antonio Corradini

La escultura italiana del neoclasicismo tiene en Antonio Corradini a uno de sus artistas más valorados. Quizás sea por la exquisita técnica de sus figuras veladas, concepto inventado por él y que requiere de una destreza considerable… No es fácil conseguir del mármol la textura de la seda.

Tras la muerte de Bernini (1598–1680), el veneciano se hizo con el trono de la esculturay su trabajo fue muy valorado en toda Europa. Sus espectaculares mármolesadornaron 

Narciso Tomé

Narciso Tomé (1690 - 1742) fue un arquitecto y escultor español, nacido en Toro. Junto con su hermano Diego esculpió en 1715 la fachada de la Universidad de Valladolid. En 1721 fue nombrado maestro mayor de la catedral de Toledo.

Fue el autor del Transparente de la catedral de Toledo, realizado en colaboración con sus hermanos, Andrés y Diego, hacia 1721. Se trata de una obra singular dentro del barroco español y una de sus mejores muestras, en la que se funden la escultura, la pintura y la arquitectura, con unos efectos lumínicos de una gran teatralidad. Se representa la apoteosis del Santísimo Sacramento, estructurada mediante una perspectiva secundaria ilusoria que fuerza la idea de espacialidad y mediante los efectos escenográficos de luz. La utilización de materiales, como el mármol y el bronce, refuerzan los efectos teatrales.

OBRAS 

IGLESIA DE LA COMPANIA

La construcción de este Templo se remonta a los primeros años de la colonia y la llegada de orden jesuita a la Audencia de Quito que llegó el 19 de julio de 1586 para establecer una iglesia, un colegio y un monasterio en dicha ciudad.

Los solares para la construcción de templos ya se habían otorgado por el cabildo a los franciscanos, mercedarios, los agustinos y dominicos, en 1587 el cabildo cedió terreno a los jesuitas en la esquina de La Plaza Grande por el noroccidental pero no estuvieron conforme los agustinos por lo que el cabildo les estableció otra ubicación en dirección sur de la catedral. Al pasar los primeros años compraron varios solares vecinos hasta completar toda una manzana de grandes proporciones que se extendió desde el costado sur del actual Palacio de Carondelet hasta la calle Sucre, y desde la calle García Moreno por el oriente hasta la actual calle Benalcázar por el occidente. Se inaugura la Universidad de San Gregorio en 1622 edificio al lado de la iglesia y que constituye el centro cultural Metropolitano, en medio de este escenario de saber y arte la iglesia de la Compañía de Jesús de Quito iba tomando forma hasta convertirse en una de las obras mas representativas y cumbre del barroco Mundial.

VIRGEN ALOUDA

Como vestigio de la época incaica en este sector encontramos “la Olla del Panecillo”, que es una especie de cisterna circular de ocho metros de profundidad que se llenaba de agua lluvia que era utilizada para el riego de los sembríos del lugar. En tiempos de la colonia el agua que aquí se recolectaba servía para el riego de los jardines de la mansión de Bellavista y luego fue utilizado como sitio de defensa de las tropas coloniales durante la batalla libertaria del Pichincha, el 24 de Mayo de 1822.

Durante toda la época colonial el Panecillo marcó el fin de la ciudad por el extremo sur, y por ello los viajeros que llegaban desde ciudades como Ambato, Guayaquil, Latacunga, Lima o Cuenca sabían, al divisarlo, que su llegada a Quito era cuestión de un par de horas nada más. El cerro tenía una parte boscosa, en especial en el costado sur.

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